Ha cambiado mi dirección,
el horario de mis comidas,
mi ración de tabaco, me ha cambiado
el color de la ropa, la cara, la figura,
y hasta la luna
-tan querida aquí-
es más grande y dulce que nunca.
El olor de la tierra: perfume;
el sabor de la naturaleza: azúcar.
Como estar en la azotea de mi vieja casa
y que una estrella nueva
se clavase en mis ojos.
Mahmud Darwix
Poema del día: "Epílogo", de Claribel Alegría (Nicaragua, 1924-2018)
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...existen los barrotes
nos rodean
también existe el catre
y sus ángulos duros
y el poema río
que nos sostiene a todos
y es tan substantivo
como el catre
e...
Hace 11 horas
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