miércoles, 15 de diciembre de 2010

CUANDO EMPECÉ A ESCRIBIR

(a los “revolucionarios”)


mi madre lo llamaba
poesía revolucionaria

y yo hablaba de aves traspasadas de luz.


Aunque la llamaba tristeza algunas veces


Pero
cuando
yo
escribía tus labios perpetuos

escamas rojas

o

revolución


mi madre ponía
mala cara


cerraba la ventana


y abrazaba llorando a mi padre.

...

¿Qué hemos hecho?



Enrique Martín.

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